EXPERIMENTAMOS CON LAS BANDEJAS DE MUNDO ACTIVO, NIEVE Y HIELO.

Ayer llegamos a clase y nos encontramos tres propuestas manipulativas para experimentar con agua congelada y nieve. Los jueves por la mañana estamos hasta la hora del patio tres personas en el aula y aprovechamos para preparar actividades en tres equipos, así podemos atenderlos de manera mucho más individualizada. Para preparar este taller escribimos tres listas con los integrantes de los diferentes equipos y son las primeras ocasiones en las que hacen listados escritos por necesidad, es decir de manera significativa. Las listas las hicimos el día anterior de forma que esa mañana al llegar ya sabían a qué actividad iba cada uno. 

Para crear ambiente también colocamos un humidificador que les permitiera tener un primer contacto con el vapor de agua y en la pantalla interactiva pusimos un vídeo nevando y lloviendo con sonido del viento y nieve. Lo cierto es que se creo un ambiente muy agradable junto con la luz tenue. Cada equipo pasó por las tres propuestas que os contamos a continuación.

La primera actividad estaba preparada en una bandeja de experimentación en la que Sheila colocó pequeños montones de bicarbonato, flaneras de metal con agua, cucharas de plástico rígido y cuentagotas con agua tintada de colores fríos. Con todo esto fueron haciendo nieve, realizando trasvases y tiñéndola. 

 

La segunda propuesta también estaba preparada en una bandeja de experimentación en la que Cris colocó animales congelados en diferentes formas. Todos ellos los habíamos metido en el congelador del cole en fiambreras diferentes un día antes y para poder usarlas durante todo el tiempo que duró el taller las colocamos, antes de entrar ellos, en una nevera de camping. En la bandeja también colocamos cubitos con forma de pingüinos y peces congelados de colores, sal, vasitos de agua con cuentagotas y cucharas de madera que debían utilizar para descongelar los animales. 

En una mesa cercana colocamos tarjetas de todos los animales que estaban congelados para ir colocando sobre ellas cada figurita correspondiente a medida que los fueran congelando. Su emoción al ver que se soltaban del hielo era genial y cada uno utilizó la técnica que más eficaz le fue: echar sal, tirar agua, a golpes con la cuchara...

En la última propuesta pintamos sobre la mesa con espuma de afeitar. Evidentemente no tiene el mismo tacto pero siempre es una actividad que triunfa y que disfrutan muchísimo. Además permite que muchos peques se enfrenten a su reticencia a "pringarse las manos". Sin duda una mañana que disfrutamos muchísimo y que os recomendamos probar.